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INRI – Iesus Nazarenus Rex Iudæorum

Dos obras de arte que representan la crucifixión de Jesús de Nazaret: a la izquierda, la del pintor francés Léon Bonnat (ca.1880); a la derecha, la del pintor español Diego Velázquez (ca. 1632). En la primera se observa el titulus con el acrónimo INRI. En la segunda, el títulus de condena de Jesús de Nazaret se presenta redactado en tres idiomas (hebreo, latín y griego), tal lo expresado en el Evangelio de Juan.


INRI es la sigla de la frase latina Iesus Nazarenus Rex Iudæorum, la cual se traduce al español como: «Jesús de Nazaret, rey de los judíos». Se trata de un acrónimo de la versión latina de la frase que, según el Evangelio de Juan, habría sido colocada en una tablilla por orden de Poncio Pilato, como explicación de la causa de la condena de Jesús a muerte de cruz.

Imagen de Jesús crucificado con la inscripción INRI en la parte superior.

Imagen de Jesús crucificado con la inscripción INRI en la parte superior.


La frase, que aparece en una placa o tablilla llamada «título» (titulus), varía ligeramente en los cuatro evangelios del Nuevo Testamento: se encuentra en su versión más corta en el Evangelio de Marcos 15, 26 («El rey de los judíos») y en el de Lucas 23, 38 («Éste es el rey de los judíos»); es más extensa en el Evangelio de Mateo 27, 37 («Éste es Jesús, el rey de los judíos»), y completa en el de Juan 19, 19 («Jesús de Nazaret, rey de los judíos»). De esta última versión surge el acrónimo. Muchos crucifijos, imágenes de la crucifixión y obras artísticas que la representan, incluyen el título con el acrónimo INRI, ocasionalmente grabado de forma directa en la cruz, y ubicado usualmente por encima de la figura de Jesús.

En el Evangelio de Juan, se explica además la inscripción:

19 Pilato redactó también una inscripción y la puso sobre la cruz. Lo escrito era: «Jesús de Nazaret, el rey de los judíos.»
20 Esta inscripción la leyeron muchos judíos, porque el lugar donde había sido crucificado Jesús estaba cerca de la ciudad; y estaba escrita en hebreo, latín y griego.
19 Scripsit avtem et titvlvm Pilatvs, et posvit svper crvcem. Erat avtem scriptvm : «Iesvs Nazarenvs, Rex Ivdæorvm.»
20 Hvnc ergo titvlvm mvlti Ivdæorvm legervnt : qvia prope civitatem erat locvs, vbi crvcifixvs est Iesvs, et erat scriptvm hebraice, græce, et latine.
Evangelio de Juan 19, 19-20

Detalle del acrónimo INRI («Jesús de Nazaret, rey de los judíos») escrito en tres lenguas (según el Evangelio de Juan 19, 20), en el pórtico occidental de la basílica de San Vito, Ellwangen, Alemania.

Detalle del acrónimo INRI («Jesús de Nazaret, rey de los judíos») escrito en tres lenguas (según el Evangelio de Juan 19, 20), en el pórtico occidental de la basílica de San Vito, Ellwangen, Alemania.

Para la mayoría de los historiadores y biblistas, la presencia de esta inscripción o titulus de condena de Jesús de Nazaret —presente de forma unánime en los cuatro evangelios canónicos— constituye uno de los datos más sólidos del carácter histórico de su pasión


El titulus y la inscripción

En la crucifixión romana, el título (titulus) era una tablilla que tenía por función especificar el motivo de la condena: generalmente precedía al condenado de camino al lugar de ejecución, o se la colgaba de su cuello.​ Aunque no eran imprescindibles, las inscripciones eran habituales, y existía cierta liberalidad en la redacción, al punto de permitirse burlas o ironías mordaces.​ Fuera del Nuevo Testamento, existen muchas constancias de la existencia de tal práctica, citada por diferentes historiadores. En la tablilla constaba su nombre, eventualmente su lugar de residencia, y la causa por la que había sido condenado.

En todos los casos, el objetivo era desalentar a otros a cometer el mismo crimen.​ En el caso de Jesús de Nazaret, solo el Evangelio de Juan menciona la existencia de un título propiamente dicho. Pero los cuatro evangelios canónicos concuerdan en que el cargo conducente a la condena de Jesús a muerte de cruz se hallaba especificado en el sitio mismo de la crucifixión.

Marcos 15, 26 Lucas 23, 38 Mateo 27, 37 Juan 19, 19-20
Inscripción en griego koiné ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων οὗτος οὗτός ἐστιν Ἰησοῦς ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων Ἰησοῦς ὁ Ναζωραῖος ὁ βασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων
Traducción al español El rey de los judíos Este es el rey de los judíos Este es Jesús, el rey de los judíos Jesús de Nazaret, rey de los judíos
Idioma de la inscripción [Sin especificación] [Sin especificación] [Sin especificación] Hebreo (¿arameo?), latín y griego
Versículo completo La inscripción que indicaba la causa de su condena decía: «El rey de los judíos». Sobre su cabeza había una inscripción: «Este es el rey de los judíos». Colocaron sobre su cabeza una inscripción con el motivo de su condena: «Este es Jesús, el rey de los judíos». Pilato redactó una inscripción que decía: «Jesús el Nazareno, rey de los judíos», y la hizo poner sobre la cruz. Muchos judíos leyeron esta inscripción, porque el lugar donde Jesús fue crucificado quedaba cerca de la ciudad y la inscripción estaba en hebreo, latín y griego.

Además de los cuatro evangelios canónicos, la inscripción también es apuntada por el Evangelio de Pedro 4, 11, un texto apócrifo datado del siglo II: «Cuando enderezaron la cruz, escribieron sobre ella: «Este es el rey de Israel»».

En el Evangelio de Juan, la inscripción aparece redactada en tres lenguas:​ en hebreo (que Wikenhauser y Brown, entre otros, sugieren podría ser el arameo, la lengua del país, ya que el Evangelio de Juan suele aludir al idioma arameo como «hebreo»),​ en latín —la lengua oficial—, y en griego koiné —la lengua conocida en todo el mundo de entonces y en que se escribió el mismo Evangelio de Juan.​ El pasaje del Evangelio de Juan gana en solemnidad con la indicación de la escritura en tres lenguas.


El cargo condenatorio: «rey de los judíos»

La coronación de espinas (1623), óleo sobre lienzo de Dirck van Baburen. Museum Catharijneconvent, Utrecht. Según el Evangelio de Marcos y el de Mateo, luego de vestir a Jesús de Nazaret de púrpura y de ceñirle una corona de espinas que habían trenzado, los soldados se mofaron de él al saludarlo con el título de «rey de los judíos».

La coronación de espinas (1623), óleo sobre lienzo de Dirck van Baburen. Museum Catharijneconvent, Utrecht. Según el Evangelio de Marcos y el de Mateo, luego de vestir a Jesús de Nazaret de púrpura y de ceñirle una corona de espinas que habían trenzado, los soldados se mofaron de él al saludarlo con el título de «rey de los judíos».


En el Nuevo Testamento, se titula a Jesús como «rey de los judíos» o «rey de Israel» en distintos momentos,​ y en dos de ellos se vincula con situaciones dramáticas. Según el Evangelio de Mateo, luego de la Natividad los magos llegados del Oriente llamaron «rey de los judíos» a Jesús.​ Como resultado, el rey Herodes se sobresaltó, y terminó por ordenar la matanza de los inocentes.​ Asimismo, en el relato de la pasión de Jesús, el uso de la expresión «rey de los judíos» es central en el proceso civil desarrollado ante el prefecto romano Poncio Pilato. Su pregunta a Jesús «¿Eres tú el rey de los judíos?» resulta unánime en los cuatro evangelios canónicos. La acusación de los judíos hacia Jesús de ser un rey antecede a la pasión,​ y constituye el cargo que da lugar a su crucifixión.

Jesús no reniega de ese título, pero precisa que su reino no es de este mundo,​ de modo que no se trata de un título cuya área de incumbencia coincida con la del César.

Los evangelios terminan por manifestar la realeza de Jesús, incluso a través de los gestos mismos que lo vilipendian:

  1. después de la flagelación (ver además Cristo en la columna) y coronación de espinas, los soldados lo saludan con sorna al usar el título de «rey de los judíos»;
  2. los soldados colocan una inscripción en la cruz, en la que se usa el título de «rey de los judíos», según lo señalado en la sección anterior; y
  3. los asistentes a la crucifixión se mofan de la realeza supuestamente irrisoria de Jesús.​ Sin embargo, uno de los ladrones crucificados con Jesús reconoce su carácter y le pide que se acuerde de él cuando llegue a su reino.j

En el Nuevo Testamento, el título de «rey de los judíos» aparece sólo en boca de los gentiles o paganos (magos de Oriente, Poncio Pilato, soldados romanos) mientras que los líderes judíos prefieren la denominación de «rey de Israel» (Mateo 27, 42; Marcos 15, 32). Pero desde la perspectiva de Poncio Pilato, el vocablo «rey» (independientemente de que sea «de los judíos» o «de Israel») resulta un término sensible por sus connotaciones de posible rebelión contra el Imperio romano.


Historicidad del cargo

Raymond Edward Brown señala que no resulta verosímil que el cargo por el cual se condenó a Jesús de Nazaret («rey de los judíos») sea una invención, puesto que nunca aparece como una confesión cristiana. La reacción de Jesús ante ese título, tal como se refiere en el Evangelio de Juan 18, 37 («Tú lo dices»), indica que él no lo habría elegido para sí mismo.​ Para la mayoría de los historiadores la mención de una inscripción o titulus de condena de Jesús de Nazaret de forma unánime en los cuatro evangelios canónicos, es un dato consistente del carácter histórico de su crucifixión.23


INBI

El «crucifijo de Viernes Santo», junto a distintos frescos en las paredes del templo principal (katholikón) del Monasterio de la Santa Trinidad, Meteora, Grecia. El monasterio conforma uno de los complejos monacales más importantes de la Iglesia ortodoxa. En el crucifijo se observa el titulus con el acrónimo INBI.

El «crucifijo de Viernes Santo», junto a distintos frescos en las paredes del templo principal (katholikón) del Monasterio de la Santa Trinidad, Meteora, Grecia. El monasterio conforma uno de los complejos monacales más importantes de la Iglesia ortodoxa. En el crucifijo se observa el titulus con el acrónimo INBI.


Algunas Iglesias ortodoxas de Oriente usan las letras INBI del texto griego de la inscripción en la cruz, Ἰησοῦς ὁ Ναζωραῖος ὁ Bασιλεὺς τῶν Ἰουδαίων, que significa «Jesús el Nazareno el Rey de los Judíos».24

Algunos cambian el título por ὁ Bασιλεὺς τοῦ κόσμου (el Rey del Mundo), no implicando que esto es en realidad lo que estaba escrito, sino que eso es lo que debió haberse escrito. También otras Iglesias ortodoxas de Oriente (como la de Rumania), utilizan la abreviación INRI.

En hebreo la frase es: ישוע הנצרי המלך היהודים (Yehshúa’ Hanotsrí Hamélej Hayehudim, en el AFI: [je’ʃuəʕ hanosʼri hameleχ hajehu’ðiːm]).

En España es común usar la expresión «para más inri», cuyo significado es «para mayor escarnio».

Película – El nacimiento – 2006


The Nativity Story es una película estadounidense que se estrenó a finales del año 2006. El rodaje empezó el 1 de mayo de 2006 en Albacete (España) y Ouarzazate (Marruecos). Otras escenas fueron filmadas en Craco, ciudad fantasma en la región italiana de Basilicata, y Cinecittà en Roma.​

New Line Cinema, la empresa encargada de su distribución, anticipó que el preestreno tendría lugar el 1 de diciembre. Su estreno en las taquillas españolas fue el 8 de diciembre.

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Argumento

La película narra la vida de María (Keisha Castle-Hughes) con su esposo José (Oscar Isaac) en el viaje que tuvieron que hacer desde Nazaret hasta Belén para que naciera Jesucristo. También aborda otras historias, como la adoración de los magos y la persecución de Herodes.


Reparto

Ana Catalina Emmerick

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La beata Ana Catalina Emmerick (Coesfeld8 de septiembre de 1774 – Dülmen9 de febrero de 1824) fue una monja canonesa agustina, mística y escritora alemana. Nació en Flamske, una comunidad agraria, actualmente en la diócesis de Münster, en Westfalia, y murió en Dülmen a los 49 años. Fue beatificada por el papa Juan Pablo II el 3 de octubre de 2004. Emmerick es el apellido consignado en Alemania, procede de una localidad alemana donde vivió su familia.

Desde pequeña decía tener visiones en las que se le aparecía principalmente Jesucristo cediéndole su cruz. Ingresó en un convento de agustinas. Cuando tenía 24 años le empezaron a aparecer heridas sangrantes, estigmas que se hacían visibles periódicamente en Navidad y Año Nuevo; la primera de ellas, el 29 de diciembre de 1812. Durante sus últimos años de vida se alimentó solamente con la Eucaristía.

Sus visiones fueron descritas por Clemens Brentano, poeta y novelista del Romanticismo alemán.

Infancia


Nació el 8 de septiembre de 1774 en Flamske, la quinta de nueve hermanos. Sus progenitores, Bernardo Emmerich y Ana Hillers, fueron muy pobres y de sencilla piedad cristiana.

Fue bautizada en la iglesia de Santiago en Coesfeld (Kösfeld).

En la Iglesia de Santiago de Coesfeld puede verse la pila bautismal donde Ana Catalina fue bautizada.

En la Iglesia de Santiago de Coesfeld puede verse la pila bautismal donde Ana Catalina fue bautizada.


Luego fue costurera durante varios años. Fue enviada a estudiar música a la casa de Stöntgenorganista pobre, a quien le dio todo lo que había ahorrado para entrar en un convento y esperó con ellos varios años como sirvienta.


Vida religiosa

En 1802, a los 28 años de edad, entró en el convento agustino de AgnetembergDülmen. Sus hermanas de claustro creían que había recibido facultades sobrenaturales debido a sus continuos éxtasis. Cuando Jerónimo Bonaparte, rey de Westfalia, cerró el convento en 1812, ella fue la última en abandonarlo; se le otorgó refugio en casa de una viuda, hermana del sacerdote dominico Joseph Aloys Limberg, su confesor.

Casa Limberg, donde vivió postrada durante varios años

Casa Limberg, donde vivió postrada durante varios años


Allí llegaban enfermos y pobres en busca de ayuda, y según sus contemporáneos, ella sabía cuáles eran sus enfermedades y daba alivio a los necesitados.


Estigmas

En 1813 estando ella enferma en cama, aparecieron los estigmas en su cuerpo. Una comisión episcopal fue la encargada de investigar su vida y examinar sus signos milagrosos. El Vicario general Orvergerg y tres médicos, uno de ellos protestante, se encargaron de la investigación. El procedimiento duró más de tres meses. Al parecer ellos se convencieron de su santidad y la autenticidad de sus estigmas.

A finales de 1818 Ana Catalina revela que Dios le concede a través de la oración el alivio de sus estigmas; y las heridas de sus manos y sus pies se cierran, pero los demás se mantienen, y el Viernes Santo todos se vuelven a abrir.

En 1819 Emmerick vuelve a ser investigada. Fue trasladada a la fuerza a un cuarto grande en otra casa y se mantiene bajo vigilancia estricta durante el día y la noche en un lapso de tres semanas, lejos de todos sus amigos excepto su confesor.


Visiones

Ana Catalina Emmerick relataba así las visiones de su infancia:

Cuando, hacia la edad de cinco o seis años, yo meditaba sobre el primer artículo del Credo de los Apóstoles, ‘Creo en Dios Padre, Dios Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra’, todo tipo de imágenes que se remitían a la creación del cielo y de la tierra se presentaban a mi alma. Vi la caída de los ángeles, la Creación de la Tierra y del ParaísoAdán y Eva, y la Caída del Hombre. Creía simplemente que todos veían esto, como otras cosas que nos rodean. Yo hablaba de esto a mis padres, a mis hermanos y hermanas, a mis compañeros de juego, contaba todo esto ingenuamente, hasta el momento en que me di cuenta de que se burlaban de mí, preguntándome si tenía un libro en el cual todo eso estuviera escrito. Así comencé poco a poco a callar estas cosas, pensando, sin mucha reflexión, que era inoportuno hablar de tales temas; no obstante, no me hice ninguna inquietud particular en cuanto a eso.

Cuando se efectuó la segunda investigación eclesiástica en 1819, indujeron al famoso poeta Clemens Brentano y a su médico de cabecera Guillermo Wesener, a visitarla; para gran asombro de este, ella le dijo a Brentano que le había sido señalado por inspiración divina como el hombre que escribiría sus revelaciones y permitiría cumplir con la voluntad de Dios, es decir, escribir para el bien de innumerables almas las revelaciones recibidas por ella. Clemente Brentano era un escritor romántico que tras su contacto directo con Ana Catalina se convirtió al catolicismo. A Guillermo Wesener le contó secretos de la vida personal de él mismo que nadie podía conocer, por lo que quedó convencido de la altura espiritual de Ana Catalina.

Desde 1819 hasta la muerte de Ana Catalina en 1824, Brentano registró sus visiones, llenando cuarenta volúmenes con detalladas escenas y pasajes del Nuevo Testamento y la vida de la Virgen María. Los detalles fueron recogidos con gran viveza, ya que mantienen el interés del lector como una escena gráfica que sigue una a la otra en rápida sucesión, como si fuese visible para el ojo humano. Brentano tomó brevemente por escrito los puntos principales y, como ella hablaba el dialecto de Westfalia, inmediatamente el poeta reescribía en alemán estándar. Luego se lo leía en voz alta y ella le hacía cambios hasta que le daba su completa aprobación.

Después de 1824, Brentano tuvo los escritos preparados para su publicación y en 1833 publicó su primer volumen, La Dolorosa Pasión de Nuestro Señor Jesucristo, de acuerdo a las visiones de Ana Catalina Emmerick. Brentano preparó entonces para su publicación la Vida de la Bienaventurada Virgen María de acuerdo a las visiones de Emmerick, pero él murió en 1842. El libro fue publicado póstumamente en 1852 en Múnich.

El sacerdote católico Karl Schmöger (Schmoeger) editó los manuscritos de Brentano y de 1858 a 1880 publicó los tres volúmenes de La vida pública de Nuestro Señor en que se describen hechos muy detallados de la vida de Jesús, ya que, lo que se lee en los Evangelios en unos minutos puede tomar unas horas en las visiones de Ana Catalina. Hechos destacados de Jesús, como caminar sobre las aguas se habrían repetido, y los mercaderes del Templo de Jerusalén habrían sido echados fuera varias veces.

En 1881 en una gran edición ilustrada, Schmöger también escribió una biografía de Ana Catalina en dos volúmenes.

Las visiones de Emmerick se usaron durante el descubrimiento de la casa de la Virgen María en una colina cerca de la ciudad de Éfeso. Ni Emmerick ni Brentano habían ido a Éfeso, y, de hecho, la ciudad aún no se había excavado, pero las visiones que figuran en la obra de la mística se utilizaron durante su descubrimiento. La Santa Sede no ha adoptado ninguna posición oficial sobre la autenticidad de la ubicación, pero en 1896 el papa León XIII visitó el lugar y en 1951 el papa Pío XII declaró la casa como lugar sagrado.

El papa Juan XXIII posteriormente hizo la declaración permanente. Pablo VI en 1967Juan Pablo II en 1979 y Benedicto XVI en 2006 visitaron la casa, considerada ya un santuario.

También tuvo visiones de la Santísima Trinidad en forma de tres esferas concéntricas integradas – la más grande, representada al Padre, la del medio al Hijo, y la más pequeña y más iluminada la del Espíritu Santo.


De singular importancia son las visiones que tuvo de diversos santos: San Antonio de Padua (1195-1231), San Ignacio de Loyola (1491-1556), San Francisco de Borja (1510-1572), San Carlos Borromeo (1538-1584), San Luis Gonzaga (1568-1591), San Estanislao de Kostka (1550-1568), San Agustín (354-430), San Francisco de Asís (1181-1226), Santo Tomás de Aquino (1225-1274), Santa Lutgarda (1182-1248), Santa Rita de Casia (1381-1457), Santa Clara de Montefalco (+ 1308), etc.


Enfermedad y muerte

En 1812 aparecen sus estigmas y a partir de entonces permanece confinada en cama; murió el 9 de febrero de 1824 en Dülmen y fue enterrada en el cementerio fuera de la ciudad cuatro días más tarde. En 1975, después de reiniciar el proceso de beatificación por el postulador de la causa Josef Adam, sus restos fueron trasladados a la cripta de la cercana Iglesia de la Santa Cruz.

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Beatificación

Un primer proceso de beatificación comenzó en 1892, pero se tuvo que prorrogar varias veces, principalmente debido a diferentes interpretaciones acerca de lo histórico y lo teológico ya que sus visiones y testimonios fueron anotadas por Clemens Brentano. El proceso fue suspendido en 1928, pero se reabrió en 1973 y cerrado definitivamente en 2004. Una curación milagrosa, ocurrida en Alemania en 1880, fue atribuida a su intercesión.

El 3 de octubre de 2004, Ana Catalina Emmerick fue beatificada por el papa Juan Pablo II. Al igual que en todos estos casos, la cuestión de sus visiones fue separada del proceso, y su causa fue juzgada solamente sobre la base de su propia santidad y sus virtudes personales.


La casa natal de Ana Catalina Emmerick

La casa natal de Ana Catalina Emmerick se haya en Flamschen, una zona del municipio de Coesfeld. En la actualidad la vivienda está en gran parte habitada, pero conserva la parte trasera como museo y puede ser visitado.

En las cercanías de la vivienda, una sencilla imagen de la Virgen y el niño nos recuerda que se trata de un lugar especial (1ª foto). El interior de la vivienda puede ser visitado si se concierta cita, y allí nos encontramos con las habitaciones donde transcurrieron los primeros años de la vida de Ana Catalina. Puede verse la habitación de los devotos y humildes padres de Ana Catalina, en la que ella nació (2ª foto). Recordemos que ella era la 5ª de 9 hermanos, y sus padres, campesinos que no eran dueños de sus tierras, vivían en lo que podía considerarse pobreza.

Puede verse también la habitación donde ella aprendió a coser, en la que figura una réplica de la cruz de Coesfeld (conocida cruz, de 3 metros de alto, elaborada en el siglo XIV, que se halla en la iglesia de San Lamberto de Coesfeld). Llama la atención un pequeño oratorio portátil con imágenes de la Virgen y el niño, que ella utilizó (3ª y 4ª fotos). Según nos comentaron, algunas de las figuras habían sido talladas por ella.

Se muestran también objetos que ella usó, como una caperuza y un paño que usaba para la frente. También se pueden observar réplicas de varias cartas que ella escribió (5ª y 6ª fotos).

En nuestra visita a Dülmen tuvimos la fortuna de contactar por casualidad con un campesino de una de las casas cercanas, que guardaba en su casa objetos de Ana Catalina: un pañuelo y un medallón con una imagen del niño Jesús. Según creímos entender, nos dijo que estaba emparentado con ella (7ª foto).

Ana Catalina relató a Brentano varios episodios de su niñez que transcurrieron en esta casa, como cuando rezaba a los pocos años de edad junto a su hermano mayor por la noche.

Enlace – Visiones completas de Ana Catalina Emmerick

Enlace – Videos – VISIONES Y REVELACIONES DE ANA CATALINA EMMERICK


Influencia

Actualmente, Ana Catalina Emmerick es admirada por sus visiones entre los cristianos católicos. También ha sido considerada entre los ortodoxos​ y los grupos protestantes por medio del film La Pasión de Cristo.

En el año 2003, el actor Mel Gibson, católico, eligió a Emmerick como fuente alterna al Evangelio para elaborar su película La Pasión de Cristo. Los defensores de Emmerick han argumentado que Clemens Brentano, transcribió las visiones de Emmerick a forma escrita, y que pudo haber embellecido el texto con sus propios complementos.

Bajo este razonamiento la Santa Sede no ha considerado la Dolorosa Pasión en la beatificación, pero la promueve en la siguiente cita:

«Sus palabras, que han llegado a innumerables personas de muchos idiomas desde su modesta habitación en Dülmen a través de los escritos de Clemente Brentano, son una buena proclamación del Evangelio en el servicio a la salvación hasta el día de hoy».

Cristo de San Juan de la Cruz – Salvador Dalí realizado en 1951


Cristo de San Juan de la Cruz es un famoso cuadro del pintor español Salvador Dalí realizado en 1951. Está hecho mediante la técnica del óleo sobre lienzo, es de estilo surrealista y sus medidas son 205 x 116 cm. Se conserva en el Museo Kelvingrove, en GlasgowReino Unido.


La originalidad de la perspectiva y la habilidad técnica a la hora de pintar el cuadro lo han hecho muy popular, hasta el punto de que en 1961, un fanático realizó un acto vandálico contra él de poca gravedad. Durante la década de 1950, el artista volvió a recurrir varias veces al tema de la crucifixión. Un ejemplo es el Corpus hypercubus, pintado en 1954. Para pintar este cuadro se basó en las teorías contenidas en el Discurso sobre la forma cúbica del arquitecto del siglo XVI, Juan de Herrera, responsable del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial.

Dalí tomó al famoso doble de Hollywood, Russ Saunders, como modelo para pintar a Cristo, aunque hay quien afirma que el artista tomó como modelo en realidad al trapecista Diego Schmiedl.

Dalí se inspiró de un dibujo del místico San Juan de la Cruz conservado en el convento de la Encarnación de Ávila,​ y en una imagen que decía haber soñado de un círculo dentro de un triángulo. Esta figura, que según él era como el núcleo del átomo, era similar al dibujo del monasterio, así que decidió usarla en el cuadro.

El paisaje en calma se inspira en Port Lligat y en un dibujo de Velázquez para la rendición de Breda. Los pescadores están inspirados en una pintura de Le Nain.


Historia

La pintura y sus derechos de propiedad intelectual fueron adquiridos para la Glasgow Corporation en 1952 por Tom Honeyman, el entonces director de los museos de Glasgow (Escocia). Honeyman compró la pintura por 8.200 libras, un precio alto en la época, que incluía sus derechos, lo que ha devuelto a los museos de Glasgow su precio multiplicado varias veces.​

Su compra fue motivo de controversia e incluso hubo una petición para evitarla, presentada por estudiantes de la Escuela de arte de Glasgow al Ayuntamiento argumentando que el dinero debía invertirse en un espacio expositivo para artistas locales.​ A pesar de todo, la controversia hizo que Honeyman y Salvador Dalí se hicieran amigos, escribiéndose durante años tras al adquisición.​

La pintura se exhibió por primera vez en el Museo Kelvingrove el 23 de junio de 1952. En 1961 un visitante lanzó una piedra a la pintura y rasgó el lienzo con sus manos.​ La obra pudo ser restaurada con éxito meses más tarde por conservadores del museo y volvió a mostrarse al público.​ 

En 1993, la pintura fue trasladada al Museo de Arte y Vida Religiosa de San Mungo, aunque regresó a Kelvingrove tras su reapertura en julio de 2006. La pieza ganó una encuesta en la que se decidía la pintura favorita de Escocia en 2006, con un 29% de los votos.


Descripción

La pintura muestra a Jesús crucificado, tomado en perspectiva y visto desde arriba, cuya cabeza, mirando hacia abajo, es el punto central de la obra. La parte inferior del cuadro es un paisaje apacible, formado por la bahía de Port Lligat. Abajo a la derecha, dos pescadores se afanan en el pequeño puerto. Ambos son en realidad pintores famosos retratados por Dalí. Entre Cristo y la bahía se interponen unas nubes de tonos místicos y misteriosos, iluminadas por el resplandor que emana de la cruz y de Cristo. La obra simboliza al Cristo Redentor. El fuerte claroscuro sirve para resaltar la figura de Jesús y provocar un efecto dramático.

Cristo es representado de forma humana y sencilla. Tiene el pelo corto, muy distinto a las representaciones clásicas de Jesús con el pelo largo, y tiene una posición relajada. El letrero en la parte superior de la cruz donde se dice que se colocaron las iniciales INRI, está representado con una hoja de papel pequeña y doblada.

Dalí utilizó un trapecista profesional como modelo para pintar a Cristo. Cabe señalar que Cristo no está herido ni está clavado a la cruz; no hay llagas ni heridas ni mucho menos sangre. Parece que flota junto a la cruz.

Esta es posiblemente, la obra más humana y humilde que se ha pintado sobre la Crucifixión de Cristo. Aunque, también, podríamos afirmar que la perspectiva del observador que ve a Cristo desde arriba, es decir desde donde podría verlo Dios Padre, coloca al artista en ese papel.

Cualquiera que fuese la interpretación, en este u otro sentido, es innegable la originalidad y espectacularidad del resultado.

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